JUSTICIA Y SOLIDARIDAD |
20 Junio 2015
El
4 de Diciembre del año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró
el día 20 de Junio como Día Mundial del Refugiado, haciéndolo coincidir con el
aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, que
fue concebida para dar respuesta a la situación de refugiados de la Segunda Guerra Mundial.
Según esta Convención, un refugiado es una persona que se encuentra fuera de su
país de nacionalidad o de residencia habitual por un fundado temor de
persecución a causa de su raza, religión, nacionalidad o pertenencia a un grupo
social o político, y no puede o no quiere acogerse a la protección de su país,
ni regresar a él.
Este
año, la conmemoración del Día Mundial del Refugiado se torna diferente ante el
nuevo rostro que están tomando los desplazamientos forzosos en el mundo y los
trágicos acontecimientos ocurridos en aguas del Mediterráneo en este último
periodo de tiempo. La representante de ACNUR
en España, Francesca Friz-Prguda, afirmaba al presentar en mayo el
Informe «Tendencias de Asilo 2014: niveles
y tendencias en los países industrializados», que estamos alcanzando “el
número de desplazados en el mundo más alto desde la Segunda Guerra Mundial ”.
Estamos asistiendo a una crisis de refugiados de importantes dimensiones.
¿Control o protección?
En 1999, los
países de la Unión
Europea acordaron crear un Sistema Común de Asilo Europeo
basado en la aplicación de la Convención de 1951 relativa al Estatuto de los
Refugiados. En la primera fase de este trabajo se desarrollaron unos criterios
comunes que garantizaran un trato más uniforme a los solicitantes de asilo y
refugiados de la Unión
Europea , y se establecieron dos disposiciones -conocidas como
las normativas Dublín II y Eurodac- en donde se decidía qué país de la UE debía
responsabilizarse de cada caso de asilo.
Este trabajo
continuó en 2004, pero con unos objetivos drásticamente distintos, pasándose de
un sistema de protección de refugiados a unas políticas orientadas al freno y
al control de la inmigración irregular.
A mediados de 2005, se puso en marcha la Agencia Europea
para la Gestión de las Fronteras Exteriores (conocida como FRONTEX), que
recogía un amplio sistema de coordinación de los esfuerzos conjuntos de los
países miembros por controlar las fronteras exteriores de la UE. Una de las prioridades
de la UE en su lucha contra la inmigración irregular fue, además, la firma de
los ya conocidos “acuerdos de readmisión” con los países de origen,
Hemos
ido asistiendo a un progresivo viraje de las políticas europeas de migración en
pro de un control de los flujos migratorios y en detrimento de la protección de
los derechos de los refugiados, con el consiguiente peligro real para éstos.
Existe el riesgo de la expulsión de los solicitantes de asilo a países que no
cuentan con procedimientos de protección justos y eficaces.
El derecho de asilo, a debate.
Las
últimas tragedias en el Mediterráneo y la crisis de los refugiados en el mundo,
está activando nuevamente el debate de “los refugiados” en el seno de la Unión Europea. Vamos
a destacar tres momentos:
-
Creación
de oficinas de asilo en Ceuta y Melilla: En noviembre de 2014, el Ministro del Interior,
Jorge Fernández Díaz, anunció la creación de oficinas de atención a
solicitantes de asilo en los puestos fronterizos de Ceuta y Melilla, que no se
inauguraron hasta el mes de marzo del presente año. Aunque es una medida
aparentemente plausible, resulta insuficiente al incurrir en graves
contradicciones, como es el hecho de que las personas de origen subsahariano no
tienen acceso a estas salas de protección, teniendo que recurría a vías
irregulares para entrar en España.
-
“10
puntos de Luxemburgo”:
El pasado 20 de Abril se reunieron los Ministros de Interior y Exteriores de la Unión Europea donde
presentaron un plan con diez acciones, como respuesta a la crisis del
Mediterráneo. Entre las medidas que se recogen está la de elaborar un proyecto
piloto de reasentamiento a nivel europeo que ofrezca una serie de plazas para
las personas que necesitan protección internacional, medida en la que no se
concreta ninguna cifra ni presupuesto.
-
Agenda
Europea de Migración:
Se presenta como resultado de la reunión del Consejo Europeo del 13 de Mayo y
consta de dos partes: la primera, que recoge acciones inmediatas que deben
tomarse y la segunda, que apunta los elementos a revisar respecto a las
políticas europeas de migraciones. Las medidas que se proponen con carácter
inmediato son las siguientes:
-
Se triplican las capacidades y los activos para las
operaciones conjuntas de Frontex (Tritón y Poseidón) en 2015 y 2016.
-
Un
mecanismo de reubicación permanente
dentro de la Unión
Europea de las personas con una clara necesidad de
protección internacional.
-
Un
programa de reasentamiento en
toda la UE que ofrezca 20.000 plazas distribuidas en todos los
Estados miembros para las personas desplazadas en clara necesidad de protección
internacional dentro de Europa, con una financiación adicional de 50 millones
de euros para 2015 y 2016.
-
Posibilidad
de estudiar una posible operación en el
Mediterráneo de desmantelamiento de las redes de traficantes, donde se combata
y haga frente al tráfico de personas.
El discurso de la solidaridad
El
discurso que se ha manejado entre los países de la Unión Europea para
proponer estos sistemas de reubicación y reasentamiento de personas con
necesidad de protección internacional ha sido el de la “solidaridad” entre los
Estados miembros, es decir, “la necesidad de compartir esfuerzos”. Estos
programas establecen un sistema de “cuotas” con el que se pretende aliviar la
presión migratoria a la que están expuestos los países receptores del mayor
número de solicitantes de asilo, como son Italia, Malta y Grecia, al considerar
que la crisis de los refugiados afecta a toda Europa y no sólo a algunos
países.
Al
Área de Justicia y Solidaridad de CONFER nos sorprende que el punto de mira de
la solidaridad está centrado exclusivamente en los intereses de los países
europeos y no en el drama real que viven miles de familias en todo el mundo,
obligadas a abandonar su país por causa de las guerras o las hambrunas.
La
gestión de cupos, bien articulada, debería atender las necesidades de los
refugiados de manera integral, estableciendo planes de desarrollo en las
sociedades de acogida, posibilitando la inserción sociolaboral, el acceso a los
estudios, la reagrupación familiar, la articulación de redes relacionales y
garantizar el acceso a los servicios básicos… ¿Estamos hablando de eso? Parece
que no. Si queremos que sea la solidaridad con los refugiados y solicitantes de
asilo la que realmente vertebre nuestras propuestas políticas nacionales e
internacionales, tendremos que hablar de más cuestiones.
No
obstante, las nuevas propuestas de la Comisión Europea
sobre asilo y reasentamiento suponen un cambio positivo a la hora de
afrontar la crisis global de los refugiados. John Dalhuisen, de Amnistía
Internacional, afirma que “si se aplica bien, un programa de reasentamiento de
toda la UE administrado centralmente podría reducir el número de refugiados que
emprenden estas peligrosas travesías”.
Habrá que seguir trabajando…
El
mes de junio nos trae una nueva noticia respecto a los planes recogidos en la Agenda Europea de
Migración: España y otros 11 países de la Unión Europea rechazan
las cuotas de refugiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario