Disfrutamos
mucho en la visita, redescubriendo los lugares en los que había vivido Santa
Teresa. La guía que nos acompañó era una persona competente, conocedora y
enamorada de Teresa. Junto a los datos históricos supo poner de relieve algunos
aspectos de su personalidad y nos hizo gustar el mundo interior de Teresa. Cada una de
sus intervenciones arrancaba de nosotras una sonrisa o una frase de admiración... nos dejábamos evangelizar…
También pudimos ver
parte de la celda que tuvo Santa Teresa siendo priora, así como el leño
que usaba Santa Teresa como almohada…
Nuestra guía nos explicó de qué
modo le costó asumir el cargo de priora. No se sentía aceptada por la mayoría
de las monjas. El día que tomó posesión de su cargo, sentó a la Virgen en la silla
destinada a la priora…
Contemplando los cuadros del
desposorio espiritual, pudimos comprender cómo para Teresa “Jesús era su mundo”… “El
amor a Jesús era su Vida”, ese Amor la iba
transformando, uniendo más y más a Él porque “el amor transforma lo que une”…
Desde esa intimidad con Jesús se fue gestando en ella la idea de la reforma,
una reforma que le trajo grandes dificultades de tipo social y económico.
Cuando fundó el convento de San
José en Ávila había 13 conventos para una población de 13.000 habitantes… El pueblo
se le echó encima pero ella salió adelante con la ayuda de su hermano y de
Pedro de Alcántara.
Teresa de Jesús, mujer de gran
fortaleza interior con una fragilidad física… mujer andariega fundando
conventos… es conocida por las gracias místicas y visiones que recibió. Su
oración no la apartaba del mundo, sino que la llevaba a entregarse con fortaleza
a las obras que le habían encomendado… Sufrió mucho en viajes, discusiones y
continuas trabas, burlas y desplantes de sus contemporáneos… Siempre mantuvo el
buen ánimo y la alegría. Decía:
“Una monja
triste es una triste monja”
Hermanas de la Caridad de Nevers - Madrid
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